Si de verdad la amas, si es importante para ti, demuéstralo. Cuida tu bici y trátala con cariño.
Para eso, te damos estos 5 consejos para demostrarles a tu «gorda» y a tu «flaca» cuánto las quieres. 5 formas muy básicas de cuidar tu bici para que vuestra relación perdure en el tiempo.
En primer lugar, sigue el consejo de los dentistas también con tu bici: llévala a revisión al menos un par de veces al año. Depende en gran medida del uso que le des, pero al menos dos veces por temporada es una cifra bastante prudente de veces en las que es mejor que un profesional revise tu bici de arriba a abajo y pueda detectar pequeños problemas o efectos del uso y el desgaste que eviten males mayores.
Una revisión a fondo de un profesional contrastado sobre tu bici, ve mucho más allá de lo que tú puedes detectar a simple vista. Será útil para poner al día tu bici y circular siempre con la certeza de que se encuentra (ella también) al cien por cien. Además, un buen profesional te aconsejará mucho más que eso sobre tu bici: te dará buenos consejos para conservarla y cuidarla, y también te orientará sobre tus verdaderas necesidades y las diferentes ofertas y propuestas que las marcas y fabricantes te ofrecen. Déjate llevar, y a tu bici llévala al taller de vez en cuando.
En segundo lugar, desengrasa y lubrica. Una buena lubricación es un elemento tan económico y simple como trascendental en la conservación y optimización de tu bici. Un bote de desengrasante decente y otro de lubricante, pueden sumar unos 20 o 30 euros. Es poca inversión para lo que te aporta: después de usar tu bici, desengrasa todo el engranaje y la cadena, y vuelve a lubricar. Lubrica también cuando termines tu ruta, así darás más tiempo para que el producto lubricante penetre en todas las fisuras de tu cadena y cambios y esté listo cuando toque volver a rodar. Por favor, no dejes que tu bici chille pidiendo a gritos un poco de cariño.
Pégale una ducha de vez en cuando, o si la ruta ha sido embarrada y sucia, no esperes a la siguiente. Tu bici necesita estar limpia por varias razones, de las cuales la principal es sin duda porque la suciedad provocará mayor desgaste de todas sus partes: pintura, cableado, componentes mecánicos, componentes neumáticos, suspensiones, y un largo etcétera. Polvo y arena minúsculos arañando a tu preciada bici. En serio, gástate 50 céntimos y dale un pistoletazo en un lavado a presión en las partes menos sensibles; y dedícale 15 minutos y lava con esponja las partes más sensibles. Limpia es sinónimo de bonita y de buena salud, y tu bici te lo agradecerá.
Revisa la presión de los neumáticos y el sistema de frenado de tu bici. Hazlo tú mismo, pero hazlo antes de cada salida. Son dos elementos de la bici fundamentales: los neumáticos es tu único contacto con el suelo, asfalto o tierra; los frenos son tu único sistema de respuesta ante obstáculos. Echa un vistazo antes de salir, comprueba que funciona todo correctamente, que el frenado es óptimo y que la presión la indicada por el fabricante. No vayas por ahí con tu bici poniéndote en peligro a ti y a ella.
Protégela del sol y de la lluvia. Si sabes lo pernicioso que puede a llegar a ser el sol y lo degradante que es la combinación de lluvia y sol sucesivamente, no dejes que tu bici, si duerme a la intemperie, los sufra día tras día. Hay fundas muy económicas, pero hay soluciones gratuitas: aprovecha plásticos opacos o, más fácil aún, hazte una capucha con cajas de cartón y dos trozos de cuerda. Guarda tu bici protegida ante la climatología adversa. Al menos, hazlo si pretendes estar a su lado toda una vida.
Los cuidados de tu bici también te definen como ciclista
Hay muchos tipos de ciclistas, y ocurre con todos algo parecido a lo que se comenta con los perros: que los perros acaban pareciéndose a sus dueños. Pues algo similar ocurre con la bici: el estado y el cuidado de tu bici habla de ti. Y dice muchas cosas: si de verdad la valoras, si se nota que te costó mucho esfuerzo conseguirla, si tu relación con ella va más allá de lo material y valoras todos los puertos o todas las trochas que habéis hecho juntos, si desearías tenerla toda la vida a tu lado. O si, por el contrario, la ves como una cosa más, un elemento de poco valor, o algo de lo que piensas desprenderte, o que realmente no te gusta ni necesitas. Se nota cuando un ciclista ama profundamente a su bici. Y se nota incluso desde la distancia. Así que tú decides si amas de verdad a tu bici, o solo sois simples conocidos.